Las palabras son poderosas. Pueden crear o destruir. Pueden expandirnos o hacernos daño.
El lenguaje es muy importante a la hora de construir una vida plena. Por eso, ahora que estamos en la recta final del 2013, ¿qué tal si revisamos cómo nos comunicamos? Quizás es el momento perfecto para dejar de decir cosas como éstas.
- «Me siento culpable»
Las personas que hacen lo que aman se sienten responsables en lugar de culpables. Saben que la diferencia entre culpabilidad y responsabilidad estriba principalmente en el poder personal. En tomar las riendas de nuestra vida o no.
No confundamos el no sentirnos culpables con no ser responsables.
- «Es demasiado tarde»
La gente que hace lo que ama no se estresa pensando en lo que hubiera podido ser. Vive en el presente porque sabe que es el único momento que existe. Nada es para siempre en este mundo cambiante, así que es cierto que no se puede volver a atrás y empezar de nuevo, pero sí se puede empezar hoy a construir algo con todo lo aprendido.
Nunca es tarde para vivir a tu manera.
- «Mis sueños pueden esperar»
Aparcar los sueños nunca suele ser una buena idea. Están ahí aunque queramos obviarlos. Listos para llamar la atención en cuanto menos lo esperamos. La gente que hace lo que ama no sólo sueña, planea y pasa a la acción. La gente que hace lo que ama cree en su intuición. En el valor de empezar a hacer pequeñas cosas en el presente y disfrutar del proceso.
Posponer no es una palabra que podamos encontrar en su diccionario vital.
Elijamos nuestras palabras con cuidado. Cuentan cosas y dejan marca. Dicen mucho sobre nuestra forma de ver y estar en el mundo.
«Una palabra bien elegida puede economizar no sólo cien palabras sino cien pensamientos»– Henri Poincaré