
-aquella mañana no nos importaba la profundidad del agua-
«Había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez mayor que nadaba en dirección contraria; el pez mayor los saludó con la cabeza y les dijo: Buenos días chicos, ¿cómo está el agua?.
Los dos peces jóvenes siguieron nadando un trecho, por fin uno de ellos miró al otro y le dijo: ¿Qué demonios es el agua?»
[…]
El sentido más inmediato de la historia de los peces no es más que el hecho de que las realidades más obvias, ubicuas e importantes son a menudo las que más cuestan de ver y las que más cuestan de explicar» […]
Texto de «Esto es agua» de David Foster Wallace.
Porque hay días en los que hay que guardar silencio y compartir lo que otra persona ha dicho de manera brillante. Hoy es ese día.