Seleccionar página

5 sencillas maneras de ahorrar dinero y hacer lo que ames

¿Te preocupa quedarte sin dinero?

Una de las cosas que me daba pánico a la hora de comenzar a hacer lo que amaba era la cuestión económica. Disponía de dinero ahorrado pero me paralizaba no saber si sería suficiente para poder vivir hasta que pudiera empezar a rentabilizar mis pasiones de alguna manera. Así que me puse manos a la obra.

Cogí lápiz y papel y me hice una pregunta: ¿cuánto dinero necesitas para vivir?

Empecé a hacer cálculos de mis gastos fijos y de todos aquellos gastos variables que podrían ser reducidos a su mínima expresión. Decidí que mi libertad se mediría en el número de años que podría estar sin tener ingresos. 

Con toda esa información me hice un plan. Un plan a un año vista, en el que la suma de mi sueldo durante ese año, más lo que tenía ahorrado me dieran suficiente para poder dejarlo todo y estar al menos un par de años sin tener ingresos.

24 meses era la medida ideal para mí. El número que me daba tranquilidad además de tiempo para conseguir generar ingresos y no morir en el intento.

Con todos esos números claros en mi mente, inmediatamente definí una serie de cosas por hacer. Me hice una listas con acciones como:

Cambiar de compañía de teléfono

Puede parecer una tontería, pero nunca me había preocupado por el gasto de mi teléfono. Entre otras cosas porque disponía de uno de empresa. Sin embargo, si iba a empezar a recortar gastos, debía analizar y buscar las mejores tarifas para mí.

Apuntarme a la biblioteca

Uno de mis gastos más grandes era la compra de libros, así que decidí algo que no sabía que en un futuro me encantaría: apuntarme a la biblioteca. Me ayudó no sólo a reducir mis gastos, sino a conocer gente nueva y acceder a libros que no conocía. Además de poder hacer una mudanza más ligera.

Dejar de comprar cosas que no necesitaba

No es que fuera una compradora compulsiva pero sí que gastaba bastante dinero en cosas innecesarias como comprar un bolso cuando tenía otros en el armario y no utilizaba.  O adquirir ese par de zapatos con los que no podría ir totalmente conjuntada cuando tenía pares sin estrenar.

Guardar mi tarjeta de crédito

Sólo pagaba en metálico todas mis compras. Además, por aquella época compraba nada o muy poco por Internet, lo que no me supuso un gran esfuerzo.

Ahorrar el 20% de mi sueldo mensualmente

Era viable y después de mi plan de ajuste tampoco iba a resultar tan doloroso. Hubo meses que incluso ahorré mucho más.

Todas estas acciones no sólo consiguieron que empezara a ahorrar sino que me hicieron tener conciencia de lo que quería. Comprometerme.  Llegar ahí podía ser fácil si me lo planteaba como un juego. El juego de ahorrar para ser libre. 

 

Después de dejar el trabajo he seguido haciendo ajustes económicos en mi vida. Algo básico para mí  y que  forma parte de una educación financiera que todos deberíamos disponer.

Ahora, después de todo este tiempo, me doy cuenta de que cuando estás haciendo lo que te gusta, lo que tú has decidido, el dinero ya no llena ningún vacío. Estás pleno. Completo y lleno de amor.

¿Qué te parece?  Igual mis pasos hacía la libertad no te resultan nada exóticos pero pueden ayudar a alguien más. Si es así, no dudes en compartir este post. Vamos a ser generosos/as!!

 

*Fotos hechas con mi móvil en Instagram. Finlandia 2013

hojas


¿Quieres profundizar más? Razones para unirte a mi newsletter


Uso de cookies

+perspectiva utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia posible. Política de cookies ACEPTAR

Aviso de cookies