Ser feliz no significa que todo sea perfecto en tu vida. Ser feliz significa que pase lo que pase, tú has decidido aceptarlo y aprender de ello.
Como aprendemos en Cómo hacer lo que ames: busquemos la plenitud no la felicidad. Se puede ser feliz comiendo un helado, caminando por el campo, besando a quien más quieres, pero eso no quiere decir que dure para siempre y te sientas una persona plena. Con sentido. Porque una cosa es estar feliz y otra ser feliz.
Creemos que para que exista la felicidad tenemos que planearlo todo porque «ella» siempre llega en el futuro.
Estos días que la luz ha vuelto después de la lluvia me he sentido como una niña pequeña. He paseado y he comido al sol cada día. He jugado con los gatos y me he reunido con mi familia. He visto cielos estrellados llenos de magia. Me he sentido rica. Increíblemente bien. Me doy cuenta de que cada vez estoy más feliz de haber dejado mi anterior vida para emprender y poder vivir cerca de la naturaleza. Mi gran sueño es ya una realidad. Todavía hace falta matizar algunas cosas, pero casi ya está aquí.
¿Quieres ser feliz? ¿De verdad? Es muy fácil. Deja de buscar la felicidad. Su búsqueda no hace más que llevarte de un lugar a otro sin rumbo fijo. No puedes encontrar algo fuera que ya tienes en tí.
La causa de la infelicidad proviene de nuestras mentes. De lo que pensamos y de cómo lo pensamos.
Hemos dejado nuestra felicidad en manos de nuestros logros y nuestras pertenencias. Gestionemos mejor nuestro tiempo y nuestro dinero.
Basemos nuestra felicidad en lo que somos y en la belleza de lo que tenemos a nuestro alrededor. En la solidaridad con los demás. No tenemos que buscar la felicidad. Seamos felices. Vamos a vivir.
**Una vez publicado el post, un lector me ha escrito para decirme que hoy día 20 de marzo es el Día Internacional de la Felicidad. No tenía ni idea. Si quieres saber más sobre este día puedes hacerlo pinchando aquí