La euforia no es una emoción positiva.
Solemos confundir la euforia con la alegría cuando son dos cosas bastante diferentes.
La euforía es un estado de ánimo extremo. Es un exceso de alegría que puede provocar irregularidades en nuestro organismo, en nuestra manera de percibir y en nuestras emociones. Es un estado provocado por estímulos externos.
La alegría por su parte viene de dentro exactamente desde el corazón que es la sede de las emociones. Es un estado que tú eliges porque las circunstancias externas nos influyen pero no determinan. La alegría de la que te hablo nunca sobrepasa nuestra capacidad de gestionarla. Es serena, constante en el tiempo y nunca controlada. Se la conoce también por dicha.
La persona eufórica es aquella que no tiene tranquilidad interior.
¿Cuáles son los peligros de la euforia?
- La hiperpositividad
- Se pierde la percepción del riesgo
- Es una forma de evasión, una distracción momentánea
- Se reduce la ecuanimidad
- Genera placer por lo que se torna en una sensación adictiva
- Capa las habilidades creativas
En definitiva, la alegría es parte del bienestar de la persona que llega al cultivar nuestra vida, nuestro ser mientras que la euforia llega por el miedo.
Una vez el efecto placentero de la euforia se marcha regresamos al estado al que uno se encontraba o incluso a un estado más bajo anímicamente que desde el que se partía lo que conduce a estados depresivos.
Si quieres investigar un poco más sobre este tema, te invito a que escuches «L´ofici de viure» en radio catalunya que dedica un programa entero a hablar de la euforia junto con un grupo de profesionales conocedores del tema.