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Sobre la diferencia que marca la diferencia

Nunca me ha interesado la palabra productividad


Me parece un concepto «sobrevalorado» y además propio de la «era industrial». 
La era del producto terminado y en la que sólo vale lo que se puede «tocar». Lo tangible. 
Lo que está acabado. Nada que ver con la humanidad y las personas como personas. Nada que ver con la  «sociedad de la imaginación»


Crear y producir creativamente son dos cosas totalmente diferentes. 



Creación significa crear algo nuevo, con valor partiendo de la nada. Hacer visible algo que es invisible para los demás. Novedad. Frescura. Lo inacabado.


Producir creativamente es componer. Combinar. Recrear. Es decir, organizas cosas que «ya conoces», que «no son nuevas» y las pones juntas de manera diferente para que parezcan «nuevas», pero no lo son. 


La primera fase del proceso creativo es imitar, copiar, clonar y hay muchas personas que se quedan en esa fase porque avanzar les da miedo. 


La persona que «crea» lo hace porque tiene una visión. Puede crear cosas que nadie había visto antes. Ve cosas que otros ojos no ven. 


Quienes «crean» de verdad transforman a quienes ven, escuchan, tocan, oyen o sienten su creación. 


Puedes ser una persona habilidosa que produce creativamente, pero eso, eso no es creación. La creación es un «regalo» para quien lo entrega y quien lo recibe. 
Producir creativamente es… «hacer» más de lo mismo. 


Todas las personas somos creativas pero sólo unas pocas crean de verdad. Hace falta mucha aceptación y seguridad en uno mismo para hacerlo. Una visión. 


La creatividad no es hacer, sino permitir. Porque hay cosas que sólo «ocurren». 
Si quieres seguir midiendo tu vida según tu productividad, adelante. Aunque de verdad creo que la mejor creación es la de la vida que quieres vivir. 


Haz lo que ames.







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