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«La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede». Aldous Huxley


El uso indiscriminado de un término, en ocasiones, puede llevar a la pérdida de su sentido. A dejar de representar una realidad.
Sin embargo con el término creatividad, a mi, esto no me pasa. No dejo de preguntar a las personas por ella. De diferentes formas. Con diferente intensidad y ellas siempre me responden sorprendiéndome con algo: lo que nosotr@s pensamos sobre la creatividad, es lo que  somos. Es parte de nuestra realidad.  


Y eso es lo que me pasó con Flori Correti. Un encuentro muy afortunado con la pasión (ella misma) y su creatividad.
Flori es pura fuerza. Es esencia.
Me explicaré. Su espontaneidad es capaz de atravesar las frías ondas de lo digital. Su manera de ver la vida, traspasa cualquier frontera.
Pero mejor dejar que se explique ella.  



«Mi creatividad y yo tardamos cierto tiempo en conocernos…o mejor dicho, en hacernos caso. Tanto ella como yo somos muy curiosas, inconstantes y saltamos como pulgas entre distintas pasiones. Así que cuando conocimos y profundizamos en aquellos puntos en que convergemos empezamos a disfrutarnos mutuamente. Descubrimos que hay condiciones y circunstancias que favorecen nuestro encuentro, y hacen que de ahí salgan cosas que nos hacen crecer y ser felices y satisfechas.
Una de esas condiciones más importantes es que yo VIVA. 
Cuantas más experiencias acumulo en mi maleta más se alimenta mi creatividad. 
Quizás por eso ella hizo su aparición estelar en mi vida cuando yo ya sumaba unos añitos, algunas decepciones, muchas alegrías y alguna que otra aventura vivida. 

Con los años, y de mutuo acuerdo, decidimos no abandonar nunca esa curiosidad por todo lo que significa el mundo y la existencia, porque eso nos hace mucho bien tanto a mi creatividad como a mí misma.

Y ligado a eso va otro hábito muy saludable, el de mantener los ojos bien abiertos y dejar huequitos en el corazón para todo aquello que es inspirador. En mi ordenador hay carpetas llenas de imágenes y palabras que me inspiran, que me emocionan, que me hacen pensar. También lleno cuadernos de recortes, y añado anotaciones propias. Cuando quiero desconectar la mente del “ruido” de las dudas, hojeo todo ese material y ahí de repente volvemos a encontrarnos mi identidad creativa y mi identidad mundana. 
Ahora bien, cuando de verdad nos ponemos a trabajar la una con la otra, hay tres cosas sagradas que no pueden faltar. Sin alguna de ellas es muy posible que una se vaya a tomar café o la otra se pierda en el abismo de la divagación. 
Esas tres cosas son el ORDEN, el SILENCIO y el TIEMPO

Sin orden en el espacio de trabajo todo se vuelve caótico y dejar que la creatividad fluya es tarea difícil. Al terminar todo volverá a estar patas arriba, pero para empezar es sano que esté impoluto.

 Lo mismo ocurre con el silencio. La música me inspira, pero cuando nos encontramos mi creatividad y yo es necesario que nada interrumpa nuestro diálogo…o corremos el riesgo de no oírnos! 

Y aunque el tiempo es relativo (no podría cuantificar cuánto es el mínimo necesario), sí que sabemos que las prisas o la presión de los horarios y tareas pendientes nos alejan bastante.
Y cuando todo esto se alinea y conseguimos reencontrarnos…nos saludamos muy efusivamente, con la inquietante incertidumbre de ver qué saldrá de ese encuentro»

¡Muchas gracias Flo!

Si quieres saber más sobre Florencia Corretti puedes hacerlo aquí y aquí 

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