*Foto por Pélach Alonso
Un día paseando por San Cristóbal de las Casa, México, encontré en una librería varios escritos anónimos que me atraparon al instante.
Tenía 16 años, y por el momento sólo intuía pensamientos, actitudes y creencias que creo que todavía estoy empezando a conocer.
Ahora, después de una carrera, la crisis, una operación y una recuperación muy costosa he decidido «empezar», o mejor dicho, seguir adelante, pero por otro camino.
El camino de la creatividad, de buscar, de conocer lo máximo posible.
Para ello abandono la comodidad de mi casa y me mudo a Melbourne, a buscarme la vida y a hacer muchas fotos.
Todo esto te lo escribo porque empaquetando cosas encontré uno de esos escritos anónimos, y me pareció una señal, ¡una señora señal!
Te dejo el escrito.
Te dejo el escrito.
ANOCHE ME SUCEDIÓ ALGO Y PENSÉ…
…Y así, después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar.
Decidí no esperar a las oportunidades sino yo misma buscarlas,
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,
decidí ver cada noche como un misterio a resolver,
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Anoche descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos, aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo la mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener es tener el derecho de llamar a alguien “Amigo”.
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, “el Amor es una filosofía de vida”. Anoche dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Anoche decidí cambiar tantas cosas… aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde anoche ya no duermo para descansar, ahora simplemente duermo para soñar
*Relato de una artista de la vida. Esta semana ha contribuido en +perspectiva Marta Pélach. Si quieres saber más sobre ella pincha aquí