No importa de lo que se trate. Parece que hagas lo que hagas siempre te mueva tu sentimiento de culpabilidad. «No quiero quedar mal con nadie»-piensas. Es muy estresante vivir con esta sensación, de hecho te limita a la hora de tomar decisiones eficientes y felices. En otras palabras, al final acabas tomando decisiones como reacción a este sentimiento de culpabilidad. En lugar de responder.
¿De dónde viene ese sentimiento? A mi parecer proviene de:
1. Cuando estás tratando de evitar algo. No quieres quedar mal con nadie. Te asusta. Pero tampoco quieres hacer lo que te han pedido. Qué tal si te preguntaras eso de… ¿qué es lo que realmente quiero? Y te respondieras honestamente. No con un debería. Sino con sinceridad. Entonces no resolverás la situación porque te sientes culpable, sino porque te estás escuchando a ti.
2. Cuando estás reaccionando en lugar de respondiendo. Muchas veces reaccionamos ante un hecho en lugar de dar una respuesta. La reacción es una respuesta visceral. Que está fuera de ti. Tú no la decides. Sin embargo, cuando se vive desde la no- culpabilidad, todo son respuestas honestas las que ofrecemos.
3. Cuando no te perdonas a ti mismo. No puedes hacerlo. Te gusta cargar con todo. Piensas que si te perdonas, entonces eres mala persona. Piensas que si no te perdonas estás desarrollando una gran moral. No es cierto. Ninguna de las dos afirmaciones lo son. Sólo quien se perdona así mismo, puede perdonar a los demás.
4. Cuando respondes de forma condicionada. Es decir, cuando respondes según el marco cultural. Con lo que «debería ser». Lo que supuestamente tendrías que hacer.
5. Cuando tienes miedo. El miedo paraliza completamente al ser humano. Ya lo sabes. Lo habrás sentido en alguna ocasión. Si sientes miedo por no «estar a la altura» en alguna situación, evidentemente, aparecerá el sentimiento de culpabilidad.
La culpa no es una manera natural de comportarse es una reacción emocional aprendida, es más es una elección personal. Tú puedes decidir sentirla o no.
Las emociones son tan valiosas cuando te tomas tu tiempo para escucharlas. Aprecia tus sentimientos de culpabilidad cuando lleguen porque ellos pueden darte muchas pistas sobre lo que está ocurriendo realmente.
Primero observa, segundo empieza por aceptar que te sientes culpable y luego cambia el concepto de culpabilidad por el de responsabilidad. Es decir, soy consecuente con mis actos, pensamientos y sensaciones. Suele funcionar.
Si tú sabes más razones por las que las personas nos sentimos culpables estaré encantada de escucharlas.
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