Me gustan las películas sobre amnesia.
Una de las escenas obligatorias en una historia de este tipo es cuando el/la protagonista se reencuentra con esa persona- que generalmente la ama- en esa cama de hospital, donde la luz llega de lado iluminando tan sólo una parte del rostro del protagonista que viste una bata de color azul claro. Desde la puerta, quien le ama le ve despertar después de muchos días y muchas noches y corre a su cama embriagad@ por la emoción y comienza a besarle invadid@ por una gran alegría.
De pronto, la pregunta dolorosa, ¿quién eres?-cuestiona la persona desde la cama.
Es entonces cuando empieza una encrucijada para explicarle quién es y quiénes son los que le rodean. Para mi cualquier práctica artística o de la vida es como una historia sobre la amnesia. El hecho: el autodescubrimiento. ¿En qué somos buenos? ¿Con qué disfrutamos?
Creo que el carisma y la originalidad provienen de la autenticidad. Cuando un futbolista ha encontrado su juego, un escritor su estilo, una bailarina su ritmo, podemos sentirlo, sin duda. Incluso hablamos de esas personas como si fueran seres «mágicos». ¿La causa? Están en flujo cuando desarrollan sus talentos. Podemos reconocer como «hablan» desde su centro, con su propia voz.
Platón dijo que nunca nada es aprendido, sólo recordado. Yo lo creo. Es la historia de un amnésic@.