A veces, nos encontramos con situaciones o circustancias en las que alguien cruza alguna de nuestras fronteras personales.
Nuestra respuesta emocional interna en ese momento parece ser intensa, por lo que preferimos darle la espalda al hecho en sí y a lo que sentimos. Quizá seamos agresivos si expresamos lo que estamos sintiendo en ese momento. Como pensamos que no sabremos enfrentarnos a nuestra ira, callamos.
Quizá hagamos todo lo contrario: lo expresamos abiertamente y de forma algo violenta.
Evita palabras que impliquen que otra persona te «haga sentir». Asume las riendas de tus emociones.
4. Una vez has dado con la clave de tu perturbación emocional, pide.
Estás listo para realizar una formulación no violenta. No caigas en la exigencia. Ya estás preparado para pedir lo que necesitamos honestamente. Hazlo de la forma más específica que puedas, así puedes estar seguro que obtendrás la respuesta que deseas.
Por ejemplo, en lugar de preguntar «¿Podemos pasar más tiempo juntos?», puedes preguntar: «¿Podemos ir al parque esta tarde?»
Si quieres, puedes evitar situaciones conflictivas. Permítete separarte de tus emociones en ese momento y exige la comunicación consciente y no violenta.
¿Cómo te haría sentir eso?