Creo que ha sido excesiva la difusión que se ha hecho en esta sociedad y en esta época del hecho de ser un «fracasad@». Sinceramente opino que el sindrome del «loser» ha estigmatizado muchísimo a una generación por el mero hecho de no «parecerse a o hacer las cosas como».
Es como que el concepto de eficiencia ha tomado vida propia. Sin embargo, por otro lado, siempre se nos ha dicho aquello de: «de los errores se aprende». Error, otra bonita palabra. De nuevo, el hombre y sus contradicciones. Si de los errores se aprende, ¿porqué si cometo un error soy un fracasad@? Es más, si seguimos analizando, vemos como el concepto de fracasad@ siempre se ha asociado a aquellas personas con mayor disponibilidad al cambio, a soñar, a ser espontáneo. En definitiva, a comportarse de forma «irresponsable» (prometo un post sobre esta palabra y sus connotaciones).
Soy de la opinión de que toda experiencia se origina en nuestro interior y que todo lo que nos rodea es un reflejo nuestro, así pues, ¿qué tal si en lugar de usar la palabra error o fracaso la cambiamos por » he obtenido resultados que no me gustan o no me vienen bien»? ¿Sería posible dejar de tratarnos de forma tan exigente? ¿Quieres hacerlo? Si haces la prueba y generas en tu interior la experiencia de cambiar tu lenguaje y usar aquello de «obtuve un resultado no deseado» por…¡menudo error! sin dramatizar, te aseguro que empezarás a vivir mejor y por extensión a permitir que los demás vivan mejor. Haz de tu mundo un lugar habitable, sin dramas, ni castigos. La vida te necesita confiad@ y en paz.
Observar-se y no juzgar-se.
«El fracaso es un episodio, nunca una persona» (W.D.Brown)