Soy de la idea de que la decisión estratégica se basa en «el querer ser comprado» y al mismo tiempo en «querer vender».
Siempre intento funcionar como la naturaleza, con el consumo mínimo de energía por lo que mi vida se basa en centrarme y focalizarme en acciones para «ser comprado», ya que me permite ser más genuina y esforzarme menos en convencer y planear.
No me interesa la venta tal y como es concebida hasta ahora, me interesa ser comprada porque mi forma de ser y mi trabajo inspiran, porque genero confianza, porque mi estilo gusta, porque en definitiva, mi actitud es amorosa y empática.
No quiero tener mil clientes en poco tiempo, sino poco clientes en mucho tiempo.
Ofrezco calidad, no la vendo.
¿Te parece tener mucha confianza en quien eres y en lo que ofreces?