Nos hemos criado en una sociedad donde nos han educado con la creencia de que «la competición es buena y forma parte del poder vivir mejor en este sistema». Competir te ayuda a ser lo mejor de ti mismo, a superarte, a aprender lo que es la vida. El competir es parte de llegar a ser un triunfador, tener éxito, ser más espabilado y más capaces que los demás porque sino nos pisarán. Cuántos de nosotr@s no hemos oido estas afirmaciones alguna vez?
Luego crecemos y son contadas ocasiones en las que nuestra edad o posición no son importantes. De nuevo seguimos compitiendo. Competimos ya sea por una posición mejor dentro del mercado laboral o por una plaza del parking en el centro comercial.
Competimos continuamente? Me pregunto yo. Y la respuesta que tengo es: Competimos en aquellas situaciones en las que tenemos miedo y nos falta iniciativa.
Aquellos que pueden hacen! Aquellos que no pueden o no se atreven se comparan!
Cómo dejar de competir? Creo que escribiré un post específico del tema en otro momento, pero ahí dejo una pista: con iniciativa.
Cada desafío que aceptes, cada problema que resuelvas requerirá de una iniciativa personal y la iniciativa genera confianza en uno mismo.
También puedes seguir teniendo la iniciativa de seguir compitiendo, pero me temo que los resultados que obtengas serán algo diferentes por lo menos en el nivel de paz interior y consumo de energúa. Toma la iniciativa para ser tú mismo quien fijes tus propias reglas y nadie más.
«La iniciativa es la cualidad natural de una mente libre » Willard and Marguerite Beecher.
Cuándo fue la última vez que competiste por algo? Cuál era la razón? Sentias miedo?
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