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La diferencia entre emoción y sentimiento

La diferencia entre sentimiento y emoción

Quiero comenzar con una advertencia.

Quien no sienta interés por el vocabulario de los afectos no debería seguir leyendo este artículo. Se aburrirá soberanamente.

Quien por el contrario tenga interés, hoy será poseedor/a de una buena noticia.

Hablemos de la emoción

En el transcurso de nuestras vidas los seres humanos experimentamos millones de sensaciones diferentes.

Esas sensaciones son el motor de nuestra vida. Nuestro poder. Sin ellas seríamos como robots. Por eso, es tan importante conocer y comprenderlas. Aceptar que lo que nos ocurre por dentro es tan humano y magnífico que es digno de ser conocido.

¿Qué entendemos por emoción?

Actualicemos nuestro léxico emocional. 

La emoción es un estado en el que experimentamos diversas sensaciones en nuestro interior generadas por un pensamiento. Por la memoria. 

Se trata de una reacción en nuestro cuerpo. Una evaluación que generalmente sucede de forma inconsciente y que depende de nuestra experiencia vital.

Imagina que ahora estoy aquí delante de la pantalla del ordenador leyendo este post. Ya está todo listo. Escribí todo lo que quería y lo he supervisado varias veces. Es el momento de enviarlo. Entonces, en ese mismo instante que voy a darle al botón de «publicar» noto como el pulso se acelera. La vista se me nubla. Siento miedo. Tengo una reacción de forma inconsciente. Una emoción.

La emoción se transforma en sentimiento cuando…

Le añadimos una opinión, una actitud mental o una valoración a lo que experimentamos. Cuando interpretamos esa sensación que estamos teniendo de manera consciente.

Sólo después de sentir la emoción es cuando se producen los sentimientos. Justo en el momento en el que añadimos un juicio a lo que sentimos. Cuando etiquetamos. 

¿Recuerdas que sentí una emoción por publicar este post? Como soy consciente de lo que me está pasando, me digo: «Está bien. Has sido rigurosa y lo has hecho lo mejor que has podido. Seguro que será de ayuda». Entonces me tranquilizo y publico el artículo. He transformado mi emoción en un sentimiento al añadirle una opinión. Una evaluación.

Sin embargo ante esta emoción inicial otra persona podría haber generado un sentimiento totalmente diferente. Quizá hubiera reforzado ese miedo y su respuesta hubiera sido no publicar el post.

La buena noticia que te prometía al principio de este artículo es que somos responsables de los sentimientos que generamos. Es decir, tenemos el poder de gestionarlos para sentirnos como queramos.

¿Cómo? identificando la manera en la que evaluamos cada emoción que experimentamos. Al decidir si queremos sentirnos bien o no.

Ojalá al leer este post sientas una emoción que conviertas en un sentimiento positivo al valorarla como una perspectiva interesante y de utilidad para tu día a día.

Y es que, en la semana del amor (para mí es la vida del amor, no sólo la semana) quería ofrecerte una perspectiva algo más informativa y extensa sobre las cosas que nos pasan por dentro. Sobre distinciones de vocabulario. 

Si quieres seguir profundizando en este tema del que hay multitud de investigaciones te dejo aquí algunas posibilidades:

Foto Lov, el taller del amor 

Diccionario de los sentimientos

Antonio Damasio: La búsqueda por comprender la conciencia

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