*Perseguir: seguir a quien va huyendo con ánimo de alcanzarle. (Definición de la RAE)
Nos han educado a perseguir.
A perseguir la felicidad, la riqueza, el bienestar…Como si todo eso fuera algo inalcanzable y que siempre se escapa. Algo que huye tanto de nosotros que no nos queda más remedio que luchar. Que renunciar. ¡Menuda crueldad!
¿Por qué inculcarnos el perseguir en lugar del sentir? ¿Por qué asociar las emociones a la autoayuda o la terapia? ¿Por qué tanto interés en desprestigiar lo que hay de natural en mi?
En este contexto social, que asumimos y perpetuamos sin rechistar, no es de extrañar que el saber definir qué es lo que nos importa en esta vida genere tanta ansiedad.
¿Qué es lo que queremos de verdad? Y no pregunto por una actividad concreta. No. Voy más allá.
Andamos bastante escasos de cultura emocional. Si la tuviéramos tendríamos capacidad para contrastar y no repetiríamos conceptos sin más.
Nos dedicaríamos a ser y estar. Recibir no sería una quimera y aceptaríamos sin problema que en realidad, no deseamos suficiente lo que decimos desear.
