El dormir es una de esas cosas que las personas no solemos valorar demasiado hasta que no podemos hacerlo. Sólo en ese momento tomamos conciencia de cuánto lo necesitamos. Igual que el beber o el comer.
Es bastante difícil tener una vida plena y de bienestar si se está cansad@. Muy difícil. De hecho una de las principales causas de la falta de concentración en las personas es el cansancio.
Así pues, la próxima vez que te notes de mal humor, sin ganas de nada. Cuando notes que todo te cuesta una barbaridad, que las ideas se atascan, que se te olvidan las cosas… párate y pregúntate algo: ¿Estoy cansad@?
Si es así, ya sabes cuál es el siguiente paso. Y no me digas que no puedes descansar, que no es posible, porque en realidad a mi me dará igual, pero a ti y a tu entorno no estoy segura de que les beneficie en absoluto.
Hemos llegado a un nivel de «conciencia corporal» nulo o muy pobre, por lo que este ejercicio de pararse y preguntarse por cómo se siente uno se ha vuelto más que necesario.
Porque el descanso no es sólo esencial a nivel físico, también a nivel psicológico.
Moraleja: Cuanto menos descanses, menos feliz serás.
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