No, no es que te quiera mal por decirte esto. Todo lo contrario. Pero…¿por qué la felicidad es tan infeliz?
Todos queremos ser felices pero perseguir la felicidad como el gran objetivo en nuestra vida sin permitirnos entender nuestras emociones nos lleva frecuentemente a entrar en un estado de bloqueo. Un estado de defensa y protección que aleja de permanecer abierto a la vida. A que sucedan cosas genuinas.
Es ahí cuando la vida se vuelve «suficiente» y llega el miedo. El miedo a experimentar, a amar, a aprender…
Evitar la infelicidad nos lleva a ser infelices de verdad.
Lo que quiero decir es: las emociones son temporales. De ahí que sean una gran guía.
Permitirnos estar insatisfechos, además de aprender a reconocer y aceptar la infelicidad que llega de esa insatisfacción, es un gran paso. Yo le llamo «insatisfacción constructiva» porque saber que está ahí es una «señal». Existe para protegernos.
A mí me ha pasado cientos de veces, de hecho, hace años escribí «Viva la frustración». El cómo para empezar a ser feliz de nuevo tuve que entender el por qué de mi infelicidad.
La infelicidad es creación. Saber exactamente qué te hace feliz y sentir mucho amor, una solución.
